De vocación formador, de profesión empresario
El Consejo de Ministros del Gobierno Español ha aprobado el nuevo decreto que regulará el futuro de la Formación Profesional para el Empleo y se ha hecho, como hace 20 años, con acuerdo entre la Administración, la Patronal y los Sindicatos.
La intención de todas las partes a la hora de ponerse de acuerdo ha ido dirigida a corregir los fallos que tenía el sistema que no han sido pocos, pero no sería justo si no dijese en este post, que también han sido muchos los aciertos y entre todos cabe destacar el hacer que la formación llegue a muchos millones de trabajadores, cosa que hace dos décadas era impensable.
Precisamente hace 20 años en la revista “El formador” hice una reflexión ante la llegada del aquel primer modelo de Formación Continua, y escribía que el sector de la formación lo que tenía es que protegerse de la llegada que se produciría de seudoempresarios; Advenedizos, Temporeros y Oportunistas, y lo que necesitaba era fomentar a los profesionales del sector que eran de vocación formadores y de profesión empresarios, y cuánta razón tenía visto lo visto.
Pues aquella reflexión ante la llegada de aquel cambio al sector sigue teniendo vigencia 20 años después ante la llegada de la nueva reforma, que esperemos haya sabido tapar los “boquetes” por donde se colaron estos tres perfiles no deseados de empresarios, que tanto daño han hecho al sector de la #formación y se lo seguirán haciendo si siguen llegando a hacer sus particulares agostos.
Con más de tres décadas de trayectoria profesional en el sector, me sigo sintiendo como lo que fui en los primeros años: profesor de vocación al que las circunstancias empresariales le impidieron seguir ejerciendo, pero a la vez me siento satisfecho de haber sido ininterrumpidamente durante 35 años empresario de profesión, e igual que yo se sentirán muchos empresarios de la formación.
Aunque pueda parecer un poco petulante, que para nada lo soy, este es el perfil profesional que sigue necesitando la formación profesional para el #empleo de este país para corregir errores del pasado, y con ello dar una formación de calidad orientada al alumno y a la mejora de las competencias y cualificaciones profesionales.
Bienvenido sea, este nuevo modelo y sus controles si consigue que los miles de empresarios del sector de la formación de este país nos volvamos a sentir orgullosos de serlo y a no sentirnos injustamente juzgados y equiparados a unos comportamientos, que aunque minoritarios, nos han metido mediáticamente a todo el sector en el mismo saco, y poderlo decir públicamente.
Juan Cruzado