La educación al alcance de todos
La noción de “tecnologías” ya no debería estar acompañada del adjetivo “nuevas”, ni suscitan tanto asombro, ni levantan demasiada expectación, especialmente para los menores que crecen rodeados de móviles, tablets, ipads, etc. En nuestro día a día, está incorporado el uso indistinto de dispositivos tecnológicos, de tal modo, que se adquiere como cualquier otro bien de consumo: últimas tendencias, calidad, buenos precios, etc. Pero sí produce interés, la instrumentalización de las tecnologías, esto es, la finalidad con la que se usa y se aplican tantos recursos tecnológicos a nuestro alcance.
Defensores y detractores discuten sobre la bondad del uso de las tecnologías en las aulas, pero no pretendemos aquí, enumerar las ventajas y desventajas a la hora de aplicar estos recursos por los maestros para ofrecer una educación de calidad a nuestros menores, que dicho de paso son muchos los beneficios siempre y cuando exista la mesura y la supervisión. A pesar del interés por este debate, optamos por profundizar el uso de las herramientas tecnológicas con fines educativos. ¿Qué función debe cumplir las herramientas tecnológicas en la escuela? ¿Deben garantizar exclusivamente la adquisición de destrezas digitales? ¿Se ha de reducir su utilización a un recurso didáctico más? Nos decantemos por una función u otra, por encima de todas sus funciones, prevalece la convicción de que son instrumentos creados por el hombre, y como tal, deben estar a disposición para lograr el bienestar de la sociedad. Si defendemos este camino, entonces, la utilización de los dispositivos tecnológicos en la educación debe estar orientada para lograr que todos los niños y niñas puedan asistir a las aulas y hacer uso de su derecho a la educación.
Nadie duda del derecho universal a la educación, de tal modo, cuando coexisten situaciones que vulneran el derecho a la educación, los padres, madres y tutores no titubean en defender la necesidad de nuevas formas del modelo educativo para que sus hijos e hijas se desarrollen con normalidad en el entorno escolar. Por ejemplo, es el caso de niños y niñas que irreversiblemente deben estar hospitalizados temporalmente, o bien, familias que por trabajo cambian constantemente de lugar de residencia y se convierte en una complicación la escolarización de los menores.
La preocupación de las familias ante estas circunstancias es real, tanto como la capacidad de los agentes educativos para resolverla. La tecnología, como la ciencia que aplica conocimientos y habilidades con el claro objetivo de satisfacer determinadas necesidades, se ha de prestar a cuidar el derecho a la educación de los niños que tienen dificultad en su escolarización.
Los avances de la sociedad logrados con herramientas tecnológicas deben revertir en el bienestar social. ¿Cómo te beneficias de las herramientas tecnológicas que tienes a tu alcance? ¿Cómo beneficiarías con su uso en tu comunidad?
Por Susana Serrano | Fundación Vértice