Yo emprendo, tú emprendes, él emprende,…

Por fin ha aprobado el Gobierno español la anunciada Ley de Emprendedores que, por lo comentada y demandada últimamente, parece que va a solucionar el tremendo paro que sufrimos en este país. Con esta ley piensa el Gobierno que miles de personas van a sacar el emprendedor que llevan dentro.

No voy a ser yo el que, a priori, le busque las carencias al texto, ya que la situación está solo para mirar los aspectos positivos y para animar a todas esas miles de personas que pueden estar pensándose dar el paso del emprendimiento. Lo voy a hacer recordando una frase del abogado, filósofo y considerado el management más importante del siglo XX, Peter Drucker: “Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”.

Busy young man sitting on floor and using a laptop

Pues para estos valientes quiero destacar los puntos más importantes de esta ley, para que se animen a tomar esa decisión:

1.-    Por fin parece que van a abaratar los gastos de constitución, así como a agilizar la burocracia actual de inicio de actividad.

2.-    Aunque con matices, no se va a pagar el IVA hasta que se cobren las facturas gracias a la creación de un régimen especial de criterio de caja dirigido a autónomos y PYMEs de carácter voluntario.

3.-    En caso de fracaso de la iniciativa empresarial, las responsabilidades van a ser limitadas en el caso de que la deuda no supere los 300.000 euros. Además, se va a favorecer poder tener una segunda oportunidad con una mayor protección al empresario.

4.-    Bajada de las cotizaciones de la Seguridad Social a los emprendedores que pagarán una tarifa plana de 50 euros (menores de 30 años), y para que lo puedan intentar desde el pluriempleo o bien compatibilizar la prestación por desempleo con el inicio de la actividad por cuenta propia.

5.-    Incentivos fiscales para aquellos socios capitalistas que crean en tu proyecto y quieran invertir en él, como deducciones del 20{77afc9efaf1e088110fdf21acc2f61167a0e1e0fd7207170e17906c001b8cd31} en la cuota estatal en el IRPF al entrar en la sociedad o exención total de la plusvalía al salir de la sociedad en los casos en los que se reinvierta en otra entidad.

6.-    Ventajas fiscales para aquellas empresas que dediquen parte de sus beneficios a la reinversión.

7.-    Posibilidades de creación de sociedades con capital inferior a 3.000 euros, siempre que se cumplan determinadas condiciones.

8.-    Apoyo a la financiación, con más facilidades para acceder a los créditos, aunque habrá que esperar para ver cómo se concreta esto en la práctica.

9.-    22.000 millones de euros en líneas de mediación del ICO dirigidas a PYMEs.

10.- Permisos de residencia para los emprendedores e inversores extranjeras.

11.- Trámites por Internet de forma simultánea con las tres administraciones: local, autonómica y central. Un tres en uno que habrá que verlo funcionando en la práctica.

12.- Fomento de la cultura emprendedora en el sistema educativo en sus distintos niveles. Habrá que ver si los formadores son auténticos emprendedores o nos pasará como con el aprendizaje del inglés, donde la mayoría de los profesores solo saben la teoría. Y así nos va.

En definitiva, un conjunto de medidas que ayudarán a que aumente el número de emprendedores, si bien costará mucho tiempo y dinero eliminar esa cultura “funcionarial” que en esta sociedad había arraigado durante décadas, donde el objetivo profesional de la mayoría de las personas era aprobar unas oposiciones para ser funcionario y trabajar de ocho a tres. Pero por algo se empieza y esta ley puede ser un buen comienzo.

Por Juan Cruzado | Presidente de  Fundación Vértice

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