¿Estudias o trabajas?
Son muchas las personas jóvenes que con esta pregunta rompen el hielo para iniciar una conversación que muchas veces termina en una buena amistad y algunas otras en algo más. En el siglo XXI esta pregunta debe dejar de tener razón de ser porque un chico/a de 18 a 30 años puede estudiar y trabajar, y no pensar en que son actividades incompatibles. Esto lo hemos heredado de generaciones anteriores y está costando una barbaridad sacarlo de la mentalidad de los españoles.
En Estados Unidos la mitad de los universitarios tienen algún tipo de trabajo para costearse sus gastos. En Alemania, con su sistema de formación dual, el porcentaje es mucho más alto, entre minijobs y prácticas laborales, la mayoría de jóvenes tiene relación directa con empresas, lo que les facilita posteriormente su incorporación al mercado laboral a tiempo completo.
¿Y en España qué? Pues por fin parece que la administración es consciente de este problema y además se ha puesto manos a la obra para solucionarlo. Se está avanzando de una forma más generalizada, no solo en las prácticas universitarias, sino en las de Formación Profesional, Ocupacional y Certificados de Profesionalidad; además los contratos a tiempo parcial y los contratos de aprendizaje están haciendo que cada vez sean más los jóvenes que hacen ambas cosas.
Estoy convencido que para las próximas generaciones la pregunta dejará de tener sentido o se le dará un pequeño giro a la frase preguntando ¿estudias y trabajas? Será entonces cuando de verdad se habrá solucionado el enorme problema del paro juvenil.
Juan Cruzado