El impuesto de ser visible en las redes sociales
Todas las empresas necesitan estar en las Redes Sociales, porque de no estar se pierde visibilidad, posicionamiento y eso a la larga reduce la demanda.
Sin embargo, estar no permite ganar más clientela… Hay que estar para no perderla.
En el universo 2.0 lo que sobra es información y siguiendo la Ley de Sturgeon: “el 90{77afc9efaf1e088110fdf21acc2f61167a0e1e0fd7207170e17906c001b8cd31} de todo es basura”. Todos están pero nadie destaca y, de hacerlo, es porque se gasta muchísimo recursos: técnicos, humanos…
Estar en las redes, de hecho, expone a las empresas a sufrir ataques más o menos orquestados por la competencia y/o usuarios enfurecidos más o menos organizados.
Dicho de otra forma, es como un impuesto, obligatorio pagarlo, aunque no aporta nada de valor al cliente final.
Es como hace años, antes de Internet, estar en las antiguas páginas amarillas. No te captaba ningún cliente, pues cuando buscaba el número de la empresa, era porque ya conocían de tu existencia, pero de no estar se corría el riesgo de perder ese cliente que busca el teléfono en las páginas amarillas.
Si hay que estar sí o sí en las redes sociales, al menos que sea en ese 10{77afc9efaf1e088110fdf21acc2f61167a0e1e0fd7207170e17906c001b8cd31} de contenido que no es basura. ¿Cómo se hace? Fácil: Siendo el primero, siendo líder, como el refrán: “Quien pega primero pega dos veces”.
Pero claro, surge inmediatamente la cuestión ¿qué hacer si ya llegamos tarde? Fácil: Aportar calidad. Calidad en los recursos que se dedican a estar en las redes sociales; calidad en los recursos humanos, técnicos, organizativos, logísticos… Ser el primero da una gran ventaja pero si no se trabaja con calidad, esa ventaja, al final, se acaba perdiendo.
Esa misma calidad de recursos va a permitir anticipar acontecimientos. Preveer la obsolescencia de una determinada plataforma, detectar la próxima eclosión del sucesor de Facebook, subirse los primeros al nuevo twitter…
Calidad en los recursos para lograr innovar, para generar nuevas formas de interactuar, modificar el propio producto adaptándolo a las nuevas y cambiantes formas de consumir. ¿A alguien le cabe la menor duda que el consumo de ocio (cine, música, televisión, libros, cómics…) se ha visto definitivamente modificado y que la industria aún anda buscando la forma de adaptarse? O la formación, por poner otro ejemplo, tema que ya lo tratamos en el artículo «De la formación tradicional a la escuela 2.0».
En definitiva, calidad en los recursos para crear valor al usuario final, encontrándolo allí donde se encuentra. Y, hoy en día, el usuario final se encuentra en las redes sociales, por eso hay que estar, sí o sí, en ellas.
¿Difícil? Mucho. Muchísimo. Las redes sociales han venido a acelerar y facilitar la comunicación, no a facilitar el trabajo de los responsables de comunicación.
Por Francisco Manuel Mancera Romero | Profesor Máster Business Administration (Vértice Business School) y Director Técnico Alteria (Corporación Unicaja)