Dadme una plataforma y moveré el mundo de la formación
Decía Arquímedes con mucha lógica: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” y con el punto de apoyo solo necesitaría una gran palanca, pero ninguna de las dos cosas era posible tener. Pues el convulso mundo de la formación de España, le podríamos aplicar un principio parecido al de Arquímedes, donde el punto de apoyo sea una o varias plataformas de teleformación y la gran palanca sean las redes de comunicación, y en este caso ambas cosas las tenemos al alcance.
El Gobierno de España ha aprobado recientemente el Real Decreto que regula la Reforma de la Formación Profesional para el Empleo con el objetivo fundamental de acabar con las malas prácticas que tanto han salido en los medios de comunicación, aunque como en muchos otros casos, por culpa de una minoría se termina generalizando mediáticamente y perjudicando a todo un sector.
Dentro del Real Decreto, hay medidas muy acertadas como: crear el cheque-formación para que cada parado elija donde se quiere formar, potenciar la teleformación y acabar con la formación a distancia, un sistema arcaico y que es un foco de descontrol, fomentar la formación por competencias con la implantación de los Certificados de Profesionalidad y sus titulaciones, registro de centros y entidades, etc, etc.
Aunque supongo que el lector pensará que todas estas buenas intenciones al tomar estas medidas pueden no servir de nada si no se tiene un sistema de control, y lo que es más importante que el sistema, unas herramientas que puedan gestionar con eficiencia este control. Estas herramientas son las Plataformas de Teleformación que ya existen y están acreditadas ante el Servicio Público de Empleo para los Certificados de Profesionalidad Online de forma estandar; de las cuales se pueden obtener en tiempo real toda la información que se quiera sobre la gestión y ejecución de los miles de cursos que se puedan impartir simultáneamente en todo el país.
Estoy convencido que ese conjunto de plataformas acreditadas tienen un potencial de control inmenso y no solo para la teleformación de los Certificados de Profesionalidad Online, sino para toda la formación de cualquier modalidad y nivel, y lo que es más importante, controlable, medible y comparable desde la distancia, a un bajo coste y con unos criterios homogéneos para todos los cursos y para todas las empresas.
Próximamente empezarán los desempleados con su cheque-formación a dirigirse a las miles de empresas de formación y sus cientos de miles de cursos, y con ello puede que empiece a aparecer la “pillería” y las malas prácticas como ha ocurrido con los conocidos “420”. Es ahí donde hay que adelantarse al problema y poner como sistema de control obligatorio para toda la formación mixta o de teleformación el uso de #plataformas acreditadas, donde quede registrado todo lo que hace el alumno desde que empieza hasta que termina el curso, sus progresos y sus evaluaciones.
No creo que estas herramientas sean solo válidas para la #Teleformación, en la formación presencial seguro que también pueden jugar un papel muy importante en la gestión y el control para complementar el clásico sistema de visitas “in situ” que como es lógico son aleatorias y sujetas muchas veces a interpretaciones personales. Se me ocurre a modo de ejemplo: ¿Por qué el profesor no puede hacer una foto a los alumnos en clase presencial y subirlas a la plataforma como prueba irrefutable de control de asistencia? ¿Y vídeos de los trabajos y prácticas que se hacen en clase?
Seguro que si se trabaja en esa dirección, se salvarían muchos de los inconvenientes sobre Imagen y Protección de datos que seguro habrá al respecto, pero lo que veo claro es que con los avances tecnológicos actuales tengamos que seguir con controles del siglo pasado de firmas y visitas, con la ineficacia y el coste económico que ello conlleva. Pongamos la tecnología al servicio de la formación, como ocurre en otros muchos ámbitos de nuestra vida diaria y tardaremos muy poco tiempo en darnos cuenta que con esos sistemas telemáticos, es perfectamente controlable un mundo tan atomizado y anquilosado como el de la formación.
Juan Cruzado