¿Por qué las empresas deben aprovecharse de políticas reales de igualdad?

Tania Cañas

Directora de RSC Vértice 

Hoy, 8 de marzo se conmemora a nivel internacional la lucha de la mujer por alcanzar la igualdad en materia de derechos políticos, sociales y laborales. Una reivindicación que cada vez gana más visibilidad en una sociedad que exige la igualdad de condiciones para todas las personas y el empoderamiento de la mujer sigue siendo uno de sus mayores retos.

Investigaciones como la del Peterson Institute for International Economics “¿Es la diversidad de género rentable?” apoyan que la participación de la mujer en la vida empresarial fomenta el desarrollo de la empresa e incluso del propio país.  Según los datos registrados en la CNMV el 40,7% de las plantillas españolas están formadas por mujeres, sin embargo, solo representan el 12,8% de los cargos directivos.

Otra investigación de Grant Thornton “Women in Business: ¿cumplir o liderar?”, sugiere que las empresas se limitan a dar buena imagen con un grupo de directivos mixto, pero en el que las mujeres tienen poco peso específico, por lo que no se benefician de las verdaderas ventajas de la diversidad de género; mayores oportunidades de seleccionar y retener talento, mejor adaptación al mercado y desarrollo de la creatividad y la innovación, entre otros.

Hay numerosas políticas empresariales y públicas que tienen la finalidad de potenciar la diversidad de género en las altas esferas y en las empresas en general como la igualdad salarial; la no discriminación en materia de contratación; baja por paternidad/maternidad retribuida; horario flexible; modalidades de trabajo a distancia o tiempo parcial, entre otras. Cabe destacar que no necesariamente hay más diversidad de género en los países que cuentan con este tipo de políticas.

Aunque los avances en materia de diversidad empresarial cada vez son más evidentes,  aún queda queda mucho camino que recorrer, tal y como expresa Jennifer Thorpe-Moscon, directora senior de investigación, Catalyst: “Es mejor que haya una mujer en el equipo de dirección a que no haya ninguna, pero la diversidad de género va mucho más allá”.

Según algunos empresarios entrevistados en este estudio, el hecho de que estas políticas existan no es suficiente. Es necesario que se comuniquen, promuevan y potencien. Sólo así serán visibles y su uso se normalizará.  Además, utilizar una retribución para que estas políticas se cumplan es muy fácil, pero no tienen el poder de cambiar la mentalidad de alguien que ha crecido con unos valores precisos. La concienciación es fundamental y para eso programas de formación específicos a las empresas, como el que desarrolló Fundación Vértice Emprende de Sensibilización en materia de Igualdad para PYMES son muy necesarios.

Otra barrera que nos impide avanzar, son los estereotipos de género. Es fundamental inculcar desde el ámbito doméstico y social la corresponsabilidad en las familias, visibilizar el papel de las personas cuidadoras, y atender las necesidades reales de estos colectivos. Ésta es uno de los objetivos a conseguir en los próximos años, y en Vértice, a través de nuestra Fundación, nos lo planteamos como fundamental y por eso hemos puesto en marcha nuestra Escuela De Familias en el Centro de Día para Mayores de Vértice Salud, dando visibilidad a los cuidados y herramientas a los cuidadores (mujeres en un % muy alto) para poder conciliar.

En esta línea, la cultura es un elemento fundamental para poder impulsar el cambio; una cultura inclusiva, que valore a cada individuo y desarrolle un sentimiento de equipo. Los empleados deben tener una sensación de singularidad y de pertenencia. Consiste en cambiar conductas y comportamientos, y no limitarse tan sólo a aprovechar las retribuciones de las políticas de igualdad.

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