El alumno, nuestro mejor cliente
El término “alumno cliente” ha generado mucha controversia en estos últimos años. Hay quién está de acuerdo en identificar ambos desde el mismo prisma y generar una relación con los alumnos basada en la establecida de forma habitual para los clientes en cualquier proceso de marketing con el objetivo final de conseguir la satisfacción de los mismos.
En mi opinión se debe trabajar en esa línea, pero tratando a todos los alumnos como clientes muy especiales, adaptando y encaminando todas las acciones dirigidas hacia ellos teniendo en cuenta las exigencias y peculiaridades del sistema educativo y apostando por una Formación de Calidad.
Las entidades de formación no deben tratar a sus alumnos como clientes convencionales, ante todo el objetivo es formar adecuadamente a las personas y aportar nuestro granito de arena dentro de la sociedad del conocimiento. Esto significa algo mucho más importante que tener un buen producto que ofrecer, podemos y debemos ir mucho más allá.
Se debe buscar la satisfacción de nuestros alumnos pero siempre fundamentada en la adquisición de unos conocimientos de forma efectiva dentro del proceso formativo. La idea no es conseguir solo alumnos satisfechos con nuestro producto porque éste sea bueno, se corresponda con lo que están buscando y lo necesiten en un determinado momento. Su satisfacción es necesaria conseguirla a través de una participación activa como alumno, que colme sus expectativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje (teoría, prácticas, relaciones fluidas con docentes y compañeros, uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la formación, seguimiento y tutorías personalizado…) y que luego puedan poner en práctica todo lo aprendido en el mercado laboral.
Nuestro esfuerzo diario empujará a nuestros alumnos a unirse a nosotros y participar con la mejor actitud en el proceso formativo, consiguiendo que se sientan satisfechos con el producto que ofrecemos pero sobre todo con ellos mismos por el nivel de conocimientos adquiridos y los recursos didácticos que ponemos a su disposición.
Nuestros clientes se convierten en magníficos alumnos y su éxito académico, personal y profesional será también el nuestro.
Por Daniel Salazar | Fundación Vértice