La crisis, una oportunidad para reciclarse y reinventarse

La crisis económica que está atravesando nuestro país está produciendo una importante pérdida de puestos de trabajo, una situación a la que los expertos aún no se atreven a poner fecha de fin.

En este contexto, la formación se presenta como una fortaleza y un valor añadido fundamental, tanto para las empresas, como para los trabajadores que forman el equipo humano de éstas.

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La formación ha sido siempre el motor de la innovación y de adaptabilidad y hoy, ante el panorama que vivimos, se convierte en arma imprescindible para hacer posible el crecimiento. En estos momentos de cambios e incertidumbre, las empresas  y trabajadores deben apostar por una  formación planificada y productiva, convirtiendo esta herramienta, ahora más que nunca, en una inversión necesaria  para reciclarse o reinventarse.

Las empresas que apuesten por la formación conseguirán  un equipo de profesionales  que consigan adaptarse a las necesidades que vive la empresa en particular y el país en general y,  con ello, un aumento en el  rendimiento y en la productividad de su propio trabajo.

Desde el punto de vista del  trabajador, es el momento de formarse para  afianzar  su puesto de trabajo, reciclarse y promocionarse dentro de la misma. Los trabajadores de hoy tienen que ser polivalentes, resolutivos, y aportar valor para la mejora de su área de trabajo y, por tanto, de la empresa.

Aquellas empresas y aquellos profesionales que apuestan por la formación están apostando por su éxito en el futuro.

No debemos olvidar que en España, todas las empresas disponen de diferentes vías para financiar la formación de sus trabajadores y que,  en momentos como éste, adquieren un gran protagonismo.

A la cuota que tienen todas las empresas para la formación de sus trabajadores en su área de actividad se le conoce como Formación Bonificada, y son las propias empresas las que, en función de sus necesidades y los objetivos, elaboran su  plan de formación para conseguir una mayor rentabilidad y profesionalidad en su plantilla.

Por otro lado, la empresa también dispone de permisos individuales de formación a los que pueden optar los trabajadores, siempre y cuando puedan realizar acciones formativas reconocidas por una titulación oficial, sin necesidad de que estén relacionadas con su puesto de trabajo y  sin coste para la empresa donde prestan sus servicios.

Con todas estas oportunidades a nuestro alcance, bien gestionadas,  es difícil no alcanzar el éxito, por ello la formación continua de trabajadores es una apuesta necesaria y segura.

 “Nada tarda tanto en llegar como lo que nunca se empieza”. Alain.

 

Por Mayte MartínFundación Vértice

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