El síndrome de “bei ya juu” aplicado a la formación
Hace unos años, un estudio realizado por científicos de Caltech y Stanford llegó a la conclusión de que el cerebro humano era menos objetivo de lo que se creía, hasta el punto de que la gente percibe la realidad no como es sino como espera que sea.
Uno de los factores externos que más influyen en nuestra percepción de la calidad y por tanto en el nivel de satisfacción es el precio, los marketinianos no han tardado en aprovechar la activación, que según los científicos, se produce en una parte del lóbulo frontal del cerebro llamada Cortex Orbitofrontal, cuando una persona consume un curso/Máster más caro, y hace que aparentemente ese producto “parezca” mejor que el resto.
En definitiva, lo que los científicos han demostrado tras la realización de este estudio, es el poder que tienen las expectativas, y responden a todas esas preguntas que cualquiera de nosotros se ha planteado en alguna ocasión, y de las que ahora pongo algunos ejemplos:
- ¿Por qué cuando alguien va a un restaurante de los caros carísimos, aunque no le guste lo que ha probado, dice que el sitio es estupendo?
- ¿Por qué elegimos un vino caro aunque no tengamos ni idea de vinos? Y encima diremos que está riquísimo.
- ¿Por qué si nos matriculamos de un Máster de los que te hipotecas de por vida, eres la persona más feliz del mundo y encima hasta sientes los colores de su camiseta?
Yo, sin quitarle mérito al estudio realizado, y suponiendo que está en lo cierto, defiendo otra teoría que complementa a la de Caltech y Stanford, que es la del síndrome de “bei ya juu”.
Según esta teoría no basada en ningún potente estudio, ni financiado por ninguna prestigiosa Universidad, el consumidor no sólo actúa influenciado por la activación del lóbulo frontal del cerebro, sino que actúa movido por un sentimiento de vergüenza interna, o simplemente por falta de personalidad, que le hace actuar sobrevalorando todo aquello por lo que pagó una importante cifra económica.
- Cómo voy a decir que no me ha gustado la comida si me acabo de gastar 150 euros en la cena.
- ¡Mentecato! Cómo vas a echarle gaseosa a este vino si me ha costado 45 euros.
- Después de año y medio estudiando, y después de endeudarme con el banco otros cuantos años, cómo voy a decir que el Master no merece la pena, cómo voy a decir que no era para tanto. Y si hace falta, hasta me beso el escudo del pin que me regalaron en la graduación.
Existe en el mercado, una oferta formativa de Programas Master a unos precios muy asequibles y de gran calidad, y de eso sabemos en Vértice Business School, donde el alumno, sin que se le active el Cortexorbitofrontal, considera que la inversión en formación ha cubierto completamente sus expectativas.
Importante: No intente buscar en Google más información acerca del síndrome de “bei ya juu” porque no la encontrará. Sólo trataba de buscar un nombre lo suficientemente raro que generase expectativas, de manera que se activase su Cortex Orbitofrontal y conseguir su lectura, y para ello no se me ocurrió otra cosa que utilizar el traductor de Google y elegir el idioma suajili en el que “bei ya juu” significa precio alto.
Por Fernando Villanueva | Fundación Vértice