El lenguaje inclusivo en la formación

lenguaje inclusivo

Actualmente contamos en España con una población en la que el 45{77afc9efaf1e088110fdf21acc2f61167a0e1e0fd7207170e17906c001b8cd31} de las mujeres entre 25 y 34 años tienen formación académica universitaria frente al 34 {77afc9efaf1e088110fdf21acc2f61167a0e1e0fd7207170e17906c001b8cd31} de los hombres en la misma franja de edad (según el Informe Education at Glance de la OCDE 2012). Esto nos hace plantearnos que un gran porcentaje de nuestro alumnado matriculado en Másteres y cursos superiores en Vértice Business School serán mujeres.

Por ello, queremos concienciarnos de la importancia de ofrecer un trato igualitario en su formación, imponiéndose la necesidad de un lenguaje no sexista para favorecer un autoconcepto positivo y una percepción social correcta del papel de la mujer en nuestra sociedad. A este tipo de lenguaje se le viene denominando “lenguaje inclusivo” y viene caracterizado por la necesidad social legítima de incluir a la mujer en el discurso, de hacerla presente en la enunciación y de hacerla visible en cualquier texto. ¿Por qué “los alumnos” incluye a hombres y mujeres y en cambio “las alumnas” es una forma de excluir a los hombres?. Si lo que realmente queremos es que nuestro alumnado se sienta parte de nuestra Escuela y que su estancia aquí sea lo más cómoda posible, ¿por qué no potenciar un lenguaje dónde se incluya tanto ellas como ellos?

Frecuentar un lenguaje inclusivo no es trabajo difícil. Se trata de fomentar dos tareas sencillas:

  1. Neutralización, que consiste en utilizar términos que no tienen ninguna connotación de género a la hora de redactar un texto. Algo tan sencillo como utilizar el término “personal” en lugar de “trabajadores” (que excluye a las trabajadoras) o “juventud, población joven o público juvenil” en lugar de “chicos” (Que excluye a las chicas).
  2. Especificación que tiene que ver con  utilizar ambas formas, ya sea con la forma completa “Chicas y chicos” o con diferentes símbolos “Chic@s”, “Chicos/as”

Con esto no quiero decir que haya que caer en “la trampa” de radicalizar, de no permitirnos un masculino generalizador o de forzar una situación absurda, pero lo que sí hay que concienciarse es en potenciar cada vez más un lenguaje inclusivo dónde no haya cabida para el lenguaje discriminatorio de nuestros alumnos y alumnas.

Por Esther Argüelles | Fundación Vértice

2 comentarios en “El lenguaje inclusivo en la formación

  • el 2 marzo, 2015 a las 9:41 pm
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    Estoy muy de acuerdo con este planteamiento. Los usos de las formas gramáticas y léxicas están basados en precedentes históricos. Históricamente, hasta hace relativamente poco, el hombre ha sido el que trabaja, el que estudia, el que tiene una vida visible en la sociedad. Por eso las formas lingüísticas han reflejado este estado de cosas: en el siglo XVIII decir «las alumnas» sería sencillamente ridículo, pues todos eran alumnos. Eso quiere decir que, técnicamente hablando, en el pasado ha sido «justificado» el uso del masculino para generalizar. Sin embargo, las cosas han cambiado, y ahora sería más que justificado usar ambas formas, tal y como se propone en el post.

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  • el 15 abril, 2015 a las 1:11 pm
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    Es una locura ver todo un texto escrito con: “tod@s l@s alumn@s que estamos en este curso debemos estar atent@s y usar bien nuestro lenguaje”
    Estoy de acuerdo en que tengamos cuidado, pues las nuestras expresiones muchas veces están cargadas de intencionalidad, pero no siempre.

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